La Actitud Correcta para Pactar

En el camino del pacto no basta con el deseo, ni con la simple necesidad. Pactar con Lucifer es un acto profundamente espiritual, un compromiso de transformación interior y de conexión real con el poder. Por eso, la actitud del pactado y del aspirante a pactar es la clave que abre o cierra las puertas de este sendero.

No es para curiosos ni desesperados

Muchos llegan buscando un pacto porque tienen necesidades inmediatas: dinero, amor, poder. Pero jamás han tocado la espiritualidad, jamás han sentido la energía ni han querido aprender a manejarla. Quien viene con esa mentalidad materialista y vacía se estrella, porque aquí no se trata de caprichos, sino de despertar.

El pacto no es magia rápida ni religión disfrazada. Es energía espiritual pura, proyectada en tu vida a través de la unión con Lucifer. Si no reconoces que en ti hay un llamado a lo espiritual, si no te interesa aprender, jamás tendrás el resultado que buscas.

La verdadera disposición

Para pactar se requiere:

Actitud espiritual: el reconocimiento de que lo invisible es más poderoso que lo visible.

Ganas de aprender: si no sabes, se te enseña, pero debes traer la voluntad de recibir y practicar.

Compromiso de transformación: no se trata de rezar ni de religión; se trata de vivir la espiritualidad como fuerza práctica, como herramienta de poder y crecimiento.

Entrega consciente: no se puede pretender recibir poder sin estar dispuesto a usarlo con conciencia, disciplina y respeto.

Espiritualidad no es religión

La espiritualidad que aquí se enseña no es rezar letanías ni repetir dogmas. Es vivir conectado a la energía, sentirla, dominarla y proyectarla en todos los aspectos de tu vida. Es desarrollar una visión diferente del mundo y de ti mismo. Pactar sin esta base es como querer encender fuego sin

chispa.

Conclusión

El aspirante que quiera pactar debe entrar con la mentalidad correcta: abrirse al conocimiento espiritual, aceptar la enseñanza, comprometerse con el proceso y despojarse de la visión limitada de lo material. Solo así el pacto será real, poderoso y transformador.

El que viene sin actitud espiritual, que se detenga.

El que viene con hambre de despertar, que dé el paso.